Creo que la mayoría, si no es que todos, los lectores en este momento son de mi generación, o por lo menos de generaciones cercanas a la mía que nacieron en un periodo muy interesante para México, en el cuál sus retoños y jóvenes adolescentes estaban siendo educados no por sus padres, pero por la televisión. Aquél aparato con una pantalla curva y que solía quitar mucho espacio en los muebles de la casa. Durante este periodo de crecimiento, la televisión abierta resultaba un parte aguas para series de animación provenientes de Japón, la tierra del sol naciente y su ostentosa diversidad de estilos narrativos. Si bien unas décadas anteriores a los años 90, en México se habían nutrido de televisión japonesa, para esa década existía un repertorio tremendo y el género como tal, el Animé, estaba cobrando forma y definición. Así que no es de esperarse que muchos individuos entre la edad de 40 - 25 años estén conscientes de esta sección televisiva.
Después de todo ese chorizo de texto y como introducción al tema, quiero hablar de la influencia que los nippones han tenido sobre nuestro país. Sé que muchos de ustedes, sacos de mierda con patas, conocen los siguientes nombres: Dragon ball Z, Caballeros del Zodiaco, Pokemon, Sailor Moon, Super Campeones por nombrar a los animes colosos en la televisión sin paga. Muy por seguro, seas un metalero, seas un cholo, incluso un esnob que toma café de Marte son palabras que, si no forman parte de tu círculo, al menos tienes un entendimiento breve y general de lo que son. Para la raza que es como yo, que vive en las zonas madreadas de sus respectivas ciudades, han tenido experiencias a primera mano y especialmente en las aprendidas con el sistema educativo, desde la escuela primaria hasta la preparatoria donde el el mocoso mas maloliente y hasta la niña mas malcriada llevaron sus playeras de Dragón bolzeta. Esta cuestión se vuelve en extremo obvia cuando las interacciones en tu entorno están ligadas a estas series japonesas; Sabes que la cosa se prende cuando el cholito que ya entró 10 veces a la cárcel y se roba el cobre de las casas lleva de manera orgullosa una camiseta con la calca de Vegeta con su diseño en la saga de Majin Buu. Y no podemos olvidarnos del metalero típico con su playera de Broly, igualmente. Son ese tipo de cosas que te hacen ver como los japoneses lograron darnos donde más nos iba a arder, en la juventud del país.


La cosa no acaba solo con Dragon bolzeta, ya que una parte fundamental de cada mexicano que se respete es haber visto todas las sagas de los caballeros del zodiaco y saberse cada técnica, hasta la de los alcahuetes de Poseidón. Si bien aún era una pequeña larva de no más de 3 años, la mayoría de los marranitos y marranitas que veían la serie desde su inicio de emisión en este lado del charco no se perdieron la película que estrenaron en cines. Imagina ser un chamaquito en esos años y ver que hay una película de los monos chinos que sueles mirar por la tele, ¿a poco no suena retechingón desde la perspectiva de un morrito?.
Podría quedarme hablando todo el día sobre la influencia que tuvo Super Campeones no solo en México pero en toda América Latina, pero como es bastante obvia la voy a omitir, solo daré un minuto de silencio para que puedan apreciar a la leyenda que es Roberto Sedinho.



Y así como esas franquicias antes mencionadas, existieron muchas más que le siguieron, series japonesas que nos tenían viciados ante la pantalla del televisor, pero que su influencia a futuro no fue tan grande (hasta ahora). Así que la próxima vez que mires a la doñita que tiene su tienda de abarrotes con una camisa con colores truchos de Dragon bolceta, o a un vendedor de nopales con una mochila de Súper Campeones, recuerda que hasta las personas de mas bajos recursos podían acceder a ese mundillo por la facilidad que proporcionaba la televisión en aquél entonces. Facilidad que el internet hace verla como una completa y total pendejada.
(Créditos para el joven Burger, que fue la persona que me dio la idea para hablar de esta huevada, vos sabés quien sos).